
Tengo pendiente paladear El Guernica (las 2 veces que me recreé la muestra de Dalí se me piró por completo) pero con la expo en Buitrago y recordando mis clases institutales de Historia del arte sigo llegando a una conclusión: las creaciones del genio malagueño me gustan pero no me matan, eso sí, es innegable su revolución y su etapa cubista me parece una de las aportaciones más ciclópeas en la pictomanía universal.
En la madrileñista sierra norte el museo buitragueño sobre el artista andaluz da una muestra suficiente, escasa pero intensa sobre la vida y obra de un tipo poliédrico, visceropasional enamorado de la aventura que es la vida.

Cerámica, dibujo, cartelería, cagafierro, pirograbado, litografía.. Aparte del propio pincel la obra picassiana se expansiviza y ramifica a casi todas las técnicas y posibilidades y éste museo nos ofrece un exquisito aperitivo que amplía y redimensiona su producción gracias al legado que atesoró su peluquero personal favorito para seguir desgranando y descubriendo a un hombre tan interesante y prolífico.

Además de una visita pétreopaseogastronómica obligada por los bellos lares de Buitrago el coqueto espacio dedicado a Pablo Picasso merece la pena degustarse para seguir valorando nuestro maravillérrimo patrimonio pictóricocultural.

http://www.madrid.org/museopicasso
[Por conexiones melómanas además de la distinguidérrima compañía de la mujer de mi vida en el viaje de ida (y vuelta) volvieron a sonar en el radiocedé del coche, vive dios, un temazo tras otro]