«Los sonidos suficientemente atendidos van definiendo un espacio convirtiéndose en escultura» (John Cage).
Efervescencias pro y posadolescentes. Disco grande, ciclópeotitánico, 11 cortes titularísimos. En poco más de 40 minutos se despliega una tesis cum laude de guitarras ruidistas prorgásmicas. Ya sólo cuando te pones a leer y reojear el libreto del discompacto sientes el impacto e impronta de las cósmicas aventuras que se van a correr el pop y la psicodelia. Aunque quedaban años para que se sacasen de la manga Pesadilla en el parque de atracciones mojándome voy a teclear dejándome llevar sobre mi elepé planetero favorito, para mí el mejor y más esencial de toda su discografía, un disco llave para desenmarañar todo el pluriverso de los granaínos y caer sin vuelta atrás en dulces melomanías. «Canciones [cuatricrómicas] para colorear reclamos generacionales» (Ricardo Aguilera). Melomanía y felicidad al primer toque, «eléctrico por fuera tierno por dentro no se hace rogar [,] entra a la primera» (David S. Mordoh).
Db.«Cuántas veces lo has sentido y sigue todavía en tu cabeza»
Inicio apoteósico, cancionzaca sin prisa pero sin pausa dónde estallan las guitarras en colores aún por inventar. Va creciendo casi sin darte cuenta para dar paso a uno de los leitmotiv planeteros por excelencia à pedales y distorsiones en estado de gracia, de juerga máxima invencible. Agraciada creación perfecta para cerrar cualquier discazo de noise pop.
Una nueva prensa musical. «Está tan cerca que casi está dentro de mí»
Delicioso como sigue el fundido sónico de la primera pista.
José y yo. «¿Qué placer obtienes de algo que nunca has probado? Nunca tuve una enfermedad más dulce. Las olas lentamente se acercan a la orilla [,] quiero estar con ella el resto de mi vida»
Adictiva, gozo inyectante.
Himno generacional #83. «Y podrás decirme ¡qué cabrón!, puede que incluso se te ocurran más insultos»
Tikitaka premium al mismo tiempo balompedia sonora de plantarse en el área rival en 3 toques y explotar las redes rivales. Eficacia germanófila aplicada al noble arte del pop.
Ciudad azul. «Ahora quiero estar mejor»
Ritmos protropicalizantes postrimeros muy cremosones.
La máquina de escribir. «¿Hasta dónde llegarías para hacerme feliz?»
Otra clase magistral de cambios de ritmo e interregnos gloriosos. Ruidismo puro pata negra sólo al alcance de los elegidos.
David y Claudia. «Puedo hacer una esfera y viajar en su interior y llegar a las estrellas» Efectiva, eficiente y efectista, pop puro.
«Y los rayos aterrizan en su espalda. No saldría nunca de la cama. Me sonríe, todo vuelve a brillar, se acerca, nada puede salir mal. Escuchábamos aviones despegar aunque estábamos muy lejos. Quizá mañana sea tarde»
Coros rafaguiles hipnotizantes, felicidades audiofilas. Himnos pildorizados, el tridente míticociclópeo 8, Aeropuerto y Ondas del espacio exterior proyecta y transmite una alegría tan melómana que se torna otro ejemplo más de por qué amamos las tonadas de la mejor banda del indi patrio de todos los tiempos, sí, yihadismo planetófilo, es lo que hay, pero no soy el único que piensa así y aunque así fuera me daría igual, seguiría afirmándolo por activa y por pasiva. Amén de Ángel Martos en decisivas e imprescindibles tareas percusioniles Raúl Santos irá interregneando un dueto sónicoespacial con Erik Jiménez, que centrado en la batería imprime ondas baquetiles en ni más ni menos que 7 temas. Desde entonces el bueno de Eric no ha dejado la órbita planetaria para seguir regalándonos danzas y “aporreamientos” politóxicomusicómanos magnos dónde los haya.
Punk. «Adelante chilla cuanto quieras, no me va[s] a impresionar»
Declaraciones 100% jotilesplaneteras. Minutaje breve, mensaje aplastante. Sí, cerrar así, de sopetón. ¿Y ahora?, actitud cíclica, volver a darle al play paladeándolo las veces que te plazca.
George Best, Michael Jordan, Dalí, Ray Loriga, Kubrick. Lo que al balompié, baloncesto, arte/pintura, literatura y cinematografía representa el putoamismo de estos genios los andaluces lo implementan en la música. Damas y damos, no sé si seré digno para considerárseme un planetólogo pro pero lo que nadie jamás podrá arrebatarme es mi personalintransferible conexión incluso metafísica con éste grupo, para lo bueno y lo malo hasta que La parca nos separe.